Cristal y Las Margaritas

En la Isla de La Luna vive Cristal, una criatura extraña, silenciosa y tímida. Sale pocas veces de su isla, pues tiene miedo de romperse. Vive rodeada de Las Margaritas, sus mejores amigas.
Pero Cristal, siempre se siente sola…

Las Margaritas han intentado ayudarle de varias maneras: cantándole hermosas canciones, contándole los chistes más graciosos del mundo y hasta haciéndole cosquillitas de las que dan más risa.
Pero Cristal, siempre se siente triste…

Y es que Cristal es buena para poner en práctica aquella leyenda que dice: “Por fuera una sonrisa, por dentro una lágrima”, y que vio escrita en la vereda de las apariencias aquel triste día de Mayo.
Pero ese es otro cuento…

Un día Cristal decidió visitar la avenida Furtivos, en busca de esa compañía que le hacía falta
para no sentirse sola…
para no sentirse triste…

Pero al llegar descubrió que esta avenida era muy peligrosa y dañina. Peligrosa, pues si no andaba con cuidado, Cristal, podía romperse. Y dañina, porque cuanto más se internaba en sus calles, menos querría irse, y tenía que hacerlo tarde o temprano.

Y fue así que cristal se acostumbró a transitar esta avenida que la ayudaba a olvidar su soledad, y que al irse la multiplicaba; pero que era necesaria al fin y al cabo.

Pobre Cristal,- le dicen Las Margaritas, -ve despacio y con cuidado, mira a ambos lados al cruzar y sobre todo, no dejes que vean a través de ti querida Cristal, empáñate, que no se vea tu alma, que no se vean tus sueños porque querrán robártelos y quedarás vacía…
Y vuelve pronto
Vuelve pronto.